Sergio "Yeti" MULET - "Arte e Cultura: Poesia, Romanzo, Scrittura, Musica e Teatro"

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Sergio "Yeti" MULET


ROMANCE EL YETI Y LA LIBÉLULA

Paisaje de Chatarra. Cueva del Yeti. Llanura castellana. Cerro de los Ángeles.
En la boca negra de la noche helada, se dibuja con nítidos contornos
tu perfil de mujer llegada del más norte de los nortes,
mientras por encima de la muralla, tocada tenazmente por el viento,
la bandera negra consigue desprender su melodía de trapo mojado.
Tú , que en los momentos del ser buscando el sepulcro móvil
me has acompañado, quédate con mi única estrella
y de ese modo montaraz no te sientas sola
cuando el capitán de los mil garfios perfore por centésima vez los imposibles.
Yuyu duerme y su suave ronquido satisfecho demuestra
que la felicidad es patrimonio de los elegidos,
Loba desconsolada vaga entre los montones de chapas
y puertas de automóviles en el centro de la montaña metálica y tú saltas,
columpiándote en los ganchos de las grúas,
en las sombras de las estructuras oxidadas,
y te apareces ante mí, por delante de las llamas,
que como brazos cambiantes brotan de la boca
de la chimenea alimentada a nogal, olivo y almendro.
Estás allí, inmóvil, casi impávida,
es claro que si has tenido la propiedad de vencer los obstáculos
que ni los pastores superan en la llanura azotada por el agua,
no será para tí mayor problema dejar inmóviles las llamas
hasta que tus alas de libélula se tornen color de Sol.
Si ríes, tomas la belleza por asalto, si callas,
la belleza tendrá que consentir tu osadía!
El Yeti desde lo profundo
de su cueva no le permitiría el más mínimo gesto de disconformidad,
y aunque la belleza jamás fué temerosa,
el Yeti sabe cómo amedrentarla.
Ladra el mastín leonés y sus ladridos se mezclan
con los cantos gregorianos de los habitantes del monasterio centenario.
Por una de sus ventanas sale la libélula que se instala
sobre la claridad del alba, y danza, danza delante
de los ojos de la bestia, como un edén prometido.
Sergio Mulet
Madrid // octubre 1990

"..y la esperanza renació en él.
Porque frío y nítido como una saeta lo traspasó
el pensamiento de que la Sombra era al fin y al cabo
una cosa pequeña y transitoria,
y que había algo que ella nunca alcanzaría: la luz, y una belleza muy alta."

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