Nélida MARTINELLI
Nacida en Bs. As. 20 de noviembre de 1948. Se crió en un hogar muy humilde y pasó épocas de miseria junto a sus padres, Margarita Fernández y Víctor Martinelli, y sus tres hermanos: Betty, Ricardo y Mary, estos dos últimos ya fallecidos. Trabajó desde los 14 años como obrera textil, luego en la industria del papel, en la de la alimentación, y así hasta hoy... Escribe desde los 10 años. A esa edad ya había leído en traducción a Moliere, el primer libro que llegó a sus manos. Sus padres le procuraban e incentivaban la lectura. Ya adulta, terminó los estudios secundarios y de fotografía. Se desempeñó como fotógrafa durante 20 años. Cuando Argentina también entró a ser un país de tránsito y consumo de sustancias ilícitas, realizó sus estudios como Operadora Socioterapeuta en la Universidad Nacional de Quilmes y, durante varios años hasta el presente, sigue perfeccionándose en el tema. Actualmente trabaja en una Comunidad Terapéutica para la rehabilitación de adictos, donde dirige un Taller de Literatura. En poesía, le atraen los surrealistas: André Bretón, Jacques Prévert, Antonin Artaud... pero sus poetas preferidos son el chileno Pablo Neruda y el argentino Armando Tejada Gómez, autores de proyecciones latinoamericanas y planetarias. Tiene un hijo, Leandro, de 30 años. Estos son los primeros poemas que publica.
Nené Martinelli magicaymisteriosa05@yahoo.com.ar
Soneto 9
a Daniel S.
Nuestro amor es una guerra de guerrillas
oasis entre arenas maldecidas
el nacimiento y el barro de la vida
de tus ojos llegando a mi mirada.
Tu corazón es zona liberada
originándose en amor y despedidas
releyendo tus besos en mis besos
en continentes de hielo y llamaradas.
Solamente tu amor me salva de la nada
y el desvarío de tus idas y regresos
convierte mi corazón en intifada
y en leyenda de brasas solitarias
porque tu boca es el puerto de mis besos
y mis ojos el timón de tu mirada.
Mayo, 2001
De la Serie “El amor virtual"
22
Sublimación de un asesinato
“Conozco la desesperación en sus grandes rasgos”
André Bretón
Soñé que el puñal también es un beso en la sangre
soñé que quise besarlo hasta la médula
soñé con un río de navajas rojas
que mi mano enterraba una y otra vez el filo justiciero
en su carne, su cama, su clavícula sorda
soñé que destruía todas las palomas
pero también asesinaba a los payasos, a los buitres, las serpientes
y a la telaraña del placer del diablo
tatuada en sus rodillas.
Soné que acuchillar también es un acto de amor
Y por eso, airada de sangre hasta los dientes
corrí por el templo de la bruja
y de un navajazo le volé la gran nariz
para que nunca jamás haga un círculo de cuervos
con el dolor ajeno.
25
Réquiem al amante maldito
Luego de su muerte
Entre un ruido de alas y cuchillos
su sangre empapada de fuego
dibujó corazones en el aire
salpicó mis azahares
y su cuerpo, rojo de mi furia
su cuerpo amado por mis besos
floreció entre chorros de claveles
(cada herida era un clavel sangrante)
donde escapaban mis besos
y mi amor asesino
tatuado con puñales.
26
Hoy asisto al funeral
Del amante nómada
el encaje negro cubre mis pómulos
y mi larga capa arrastra la arena.
soy como la novia errante
con coronilla de nácar y cuchillos
en la noche incendiada de velas
mares truculentos
adioses y copas marchitas.
El rostro de la muerte muestra los surcos de su vida:
corazones hundidos en el mar
una casa enterrada en el desierto
y la falsa virgen miserablemente sucia
con el as de espada entre las cejas...
(Fragmento de “Los Amores Malditos”, Lanús, 2003)
Mayo en Cruz
a Noelia
Amanecida con laureles muertos
han oxigenado tu cabello
te han prendido aros de latón
franjas en las sienes
con estrellas ajenas
para que tu mirada joven
se enrojezca de amapolas.
Han agotado tus alas
con ácido lisérgico.
Te han envenenado con cerveza y cocaína
para hacerte bailar entre mortajas.
¡Quiero alabar tus pies sanos
restaurarte esa infancia encadenada
hacerte fuerte como un árbol,
sacudirte, vibrarte,
gritar que de una vez por todas te salves!
¡Quiero patear paredes
insultar a los que te prostituyen
ametrallarte los candados
vendarte las sirenas
descalzarte, desnudarte de mentiras
desempolvarte el servilismo
romper la nicotina de tu lengua!
Quiero desempañar tus ojos verdes
izar tu corazón
y ponerte de Pie
llorando abrazadas por la calle
y oir el latido de tus pájaros
en un concierto de pianos y claveles
clausurando la muerte
para resucitarte Patria
y rescatarnos...
(09/11/1994)
De la Serie “Agujas y Humo
OSCURIDAD Y LLAMAS
Alguien me dice:
te acompaño en estos momentos difíciles.
No lo conozco.
Es un fantasma cibernético
un amigo del aire
un amigo del oasis de arena
un amigo que se mete en mi sangre
y me inscribe su letra de molde
inventa una presencia caliente,
con venas. carne y hueso
como eran los amigos de antes:
Una mano transparente emite luz
y me acaricia la espalda
y me comprende inventa un acuario de peces voladores
sirenas fosforescentes que me convidan frutas,
duendes, bosques, fogatas, licores...
y nadamos juntos en un mar inocente,
tibio, lleno de pan y verdad:
un lugar donde amor y justicia se fusionan.
Un amigo que me ofrece el hombro
donde apaciguar mi angustia
depositar la llama gris
el viento ácido de las lágrimas
el alcohol y la locura
la idiotez con cara de dios bueno
el musgo de las paredes malditas
las almohadas tóxicas.
Un amigo que me dice:
te acompaño en estos momentos difíciles,
es sin duda un amigo
es sin duda un gran hombre
alguien que ha derribado las botellas
los mensajes, las paredes, la mentira,
la estupidez con cara de fotografía sonriente,
las trabas de los ineptos, los indultos de los asesinos,
los portaligas de la decadencia.
Es alguien que vuelve desde aquella antigua ternura
que Ernesto mencionó
es alguien que vivió conmigo en otras vidas
y que seguramente bebió ángeles de sal
y ardió en el fuego de los inconmensurables
y sufrió las llagas, las espinas y los muertos.
“Junto a mi fuego el huracán y los fríos derrumbes”
Roque Dalton
Poema a Ángel Lucero
Se fugó del mundo
salió a consumir humo
a tatuarse la muerte en la mirada
los árboles de la infancia torcieron a un sur de cenizas
palomas inconclusas
bosques
vientos nucleares.
Se petrificó en el sótano
de un corazón oscuro
cuchillos y música terrible
nadie auxilió su aroma a éter y dioses quemados
nadie reivindicó su grito de agua
nadie lo acunó.
Hoy observa las motos voladoras
la adrenalina zumbándole los huesos
sentencias flechándole la sangre
ríe sin dientes ni esperanza
y vuelve a revivir:
un muerto azotando vivos
desde la conciencia.
De la Serie “Agujas y Humo” , 20 agosto 2008
Comunidad Terapéutica
a la psicóloga Elizabeth Mazzei y a los residentes
de la C. T. "Chimondegui" de Casa del Sur, Buenos Aires.
Allí miraban todos los ojos
ojos de monedas negras
serpientes y ángeles
ojos persignados
resignados
revueltos
psiquiátricos
ojos de lobo verde
ojos con franjas de guerra en la mirada
guerra urbana
suburbana / campesina
guerra de polvo y cuchillos
"balas de plata"
guerra de padres ausentes
guerra neoliberal
guerra con dioses de vidrio
dioses morados
dioses con ojeras y lunas tenebrosas
dioses de estrellados espejos
y venas que dibujan sangre en la pileta
sangre gritando en la noche
sangre de amor y duelo
muñecas tatuadas en la frente
frentes jóvenes
furiosamente jóvenes
furiosamente bélicas
y esperanzadas
buscan soles entre las lágrimas.
De la serie " Agujas y Humo"
Montegrande, 1º agosto 2006
" El que vive es un viajero en tránsito"
Li Po
Carlos Alonso: serigrafía / Buenos Aires 1992
La sangre empolvada en los escombros
renace cadáveres.
Los tibios
aún intentan domesticar al diablo
observar sus vidrieras
inventar narcóticos
para imponer el último grito de la moda:
flores de carne hechas con navajas
en manadas jóvenes.
Hoy, diciembre 2008
siguen bombardeando Palestina
alguien herido recita el Corán entre las piedras
su lengua disuelve frutas y cenizas.
La embajada de Israel en Madrid
está sembrada de zapatos
y el mundo gira un carrusel sangriento
salpica ojos divididos
lágrimas grises de las madres
cansadas de gritar entre los túneles
la agonía de los hijos
su amor de banderas verdes
y rojas
clamor de alas e intifadas
en la frente de los niños.
El dios letal
eleva sus copas de fuego
en brindis amargos.
Los mártires muertos enfurecen su muerte
y edifican
la victoria futura.