Gloripe Anton - eneabiumi

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Gloripe Anton



Poética manifiesto o el amor interminable

Son tantos los momentos en que mi escritura la he utilizado para recrearme,
para salir hacia la cordura. Cuando la construyo, gozando la elaboración
durante el recorrido, mientras trazo los ritmos con palabras entrelazadas,
voy dando sentido a mi experiencia. Como ahora me dispongo a mostrar mis
versos trabajados para ser oída. Me inquieta la mirada de los otros, el asombro
de verme interpretada, pronunciada por otras bocas. Tengo miedo a ser mujer,
humano desvalido aferrado a la expresión del lenguaje
para sentirse vivo, aun sabiendo que la pérdida
es la madre de nuestra existencia.
 
El arte debería ser libre.
Siento que mis vidas están limitadas por el aire del ritmo,
por el tiempo de los verbos o la gramática del vuelo. Vivo contradicción,
transitando entre consciencia y deseo. Mis versos no son espontáneos,
ni surgen inspirados por el instante. Cada renglón trata de unirse al siguiente
por una trabajada selección de palabras meditadas,
elegidas desde el corazón del pensamiento.
 
Cómo ser libre con la reflexión vacía disparada desde este mundo
impune y materializado que vivimos… Qué lírica puede pintar la guerra,
el hambre, junto a la abundancia devastadora del desamor…
De qué manera quiero desplegar verdad?
 
El universo que contemplamos
es una poesía cubierta de engaño.
No hay lugar para la sabiduría milenaria de la humanidad.
Alimentamos la muerte vertiginosa de nuestra naturaleza.
Nuestro tiempo lo ocupan caníbales que en nombre de la paz,
asesinan humanos, violan los derechos del pueblo,
se jactan de ser los salvadores del mundo.
 
Todo se consume menos la poética del amor.
 

Seis poemas inéditos


Desde el silencio

El silencio habla con su largo vacío.
Se desprende de las palabras,
del odio, del amor.
Del acuerdo al que podíamos llegar.

Una verdad y una mentira para otro.

Silencio de los cobardes.
Sabios silenciosos. Del que otorga.
El de los mudos impedidos.
Los que prefieren callar.

Silencio de la escucha,
El que hace pausa.
Nota figurada.
La ausencia de sonido.
Duda o envidia ruidosa.

Silencio perverso, amargo rencor.

Interpretación libre.

Ausencia de pensamientos.

Previa inmovilización de la catástrofe.
Rumores terrenales.

Vértigo abismal.

Tu mutismo reflejado en el mío,
Mudez orgullosa.

La quietud


Hija de la vida desde mi vientre


Te pareces al mar, en su fuerza inmensa.
Si el océano tuviera cara,
sería tu sonrisa.
Tu delicada luz cubriría de piel
la profundidad oscura con sus días.
Las olas de tus manos acunarían la tristeza,
el llanto impotente de los ignorados.

La estrella más lejana vive en ti al mirarla.
Al abrazarla se escucha tu verdad.

Tus anocheceres son el preludio
de la claridad sinfónica
interpretada por tus mañanas.
Sí,
Es el sonido vibrante
en la escala vital de tu armonía.
Tus labios de ruiseñor
reverdecen la canción dulce
del corazón humano.


Dejo caer mis palabras furiosas


Muda, contrariada.
trato de mostrar paz desde mi inquietud doliente.
Hablo pausada entre mis labios temblorosos.
Me distraigo en pensamientos sin pronunciar a fondo,
mientras mi corazón siente el aire cortado
de nuestras tierras infértiles, los niños muertos,
hombres y mujeres confundidos impotentes.
Las distintas historias sobre la única cierta:
pueblos arrasados por la mano genocida,
la mano egoísta y acaparadora.

Confundida, triste,
escucho el horror de las comunicaciones:
Defensa para eliminar el terror.
Recuperación del territorio ocupado.
Conquista de la tierra prometida.
Un dios verdadero.

No comprendo el significado de sus actos.

Dejo caer mis palabras, furiosas por la masacre.

Estremecida por el horror,
pienso en todos los sueños perdidos.
Qué causa justa necesita asesinar?

Alguien me dice: Calla! Aguanta!

Cuánto más voy a aguantar?


Perseverancia


El pensamiento me engaña, pasa veloz por mi cabeza.
No puedo pararlo, observarlo en su paso.
Traicionero me dice, me hace.
Quiero atraparlo.
Se queda fijado, inconsciente.
Vibrante, se asoma, actúa y se escapa.
Se queda en mi cuerpo, memoria de la amnesia.

Distintas formas lo insinúan, antes imperceptibles.
Distintos disfraces, estratégicas palabras.
Cómo una ilusión, se desvanece.
Uno, otro, y más allá, uno nuevo que es el mismo.
Pequeños pedazos de mí, descolocados.
Piedras impasibles resonando ecos.

Soy todos mis pensamientos. Quiero reconocerlos.

Mi mente histórica, parece ajena,
girando alrededor de mí, rechaza lo que tengo,
deseando todo cuanto no poseo.

No es extraña su perseverancia?


Amor sin nombre


Una profundidad que no abarco
Me atrae hacia sí
Divago dudosa hacia su fondo

Fuerza veloz de frescura
Quietud magnética
De la que no me puedo desprender

Viene como verdad
Como dolor, tal vez
Risa amanecida
Me abandona a la existencia
Al fluir
Se abraza a mí
A todo lo que tiene vida
Recorre el tiempo sin relojes
El arte de la creación

Amor sin nombre


Sueño


Un mundo por encima de la bóveda celeste
Se asoma a mi ventana
Bajan sus nubes severas hacia mí
Atravesando mis ojos alucinados
Una atmósfera densa entra en mi cuarto
Cubriendo los colores que me habitan
Se ilumina la pintura del óleo anaranjado
Veo en él, la rebelión de una humanidad en masa
El valor delineado en sus rostros
Un solo corazón los recorre
Sueños que cumplir les mueven
Desaparecen las fronteras
Entran salen con signos distintos
Sin diferencias
Sus miradas se adivinan
El aire limpio retorna
La tierra sonríe al verles

Es un sueño o vislumbro una verdad?



El último reducto

Mi pluma se hunde en tinta de añoranza
Y aún no he partido
Las palabras se derraman
Emociones de poeta
Lluvias de tormentas caribeñas

Como Cintio aquí soy
La que mira y la que actúa
Extraño tus días azules
Los timbales del son
Desde esta jungla álgida donde escribo

Me arde el ron de tus besos
Abres un nuevo mundo
Amigo siempre buscado
Entre mi nudo de amor insatisfecho

No quise verte
Miré hacia otros lados para descubrir
La Habana de mis sueños
Moví mis caderas al corazón de vuestro ritmo

Aunque así me llevaban
No fui turista
En tu isla de salsa
Mi cuerpo poético
Aun siente tus labios
Tiembla de frío por la ausencia
En mi corto recorrido
Sentí la certidumbre:
Tu poema


Soy un rostro del mundo

Donde vivimos seres de un solo mirar
Viendo caer los cuerpos frágiles
De niños mujeres hombres
Víctimas de nuestro hastío
No habito la dura franja de Gaza destruida
En el nombre de dios todo poderoso
Ni el dolor lacerante de Bagdad
Construido por la paz asegurada
Los surcos negros de Etiopía
Con los buitres devorando hambrientos
Pertenezco al terreno del silencio
Cuando no gritamos
La injusta amenaza de la casa blanqueada
Guerras intestinas
Una televisada pena de muerte
Aquí los médicos intervienen nuestra estética
Recetan placebos de juventud
Los farmacéuticos las venden
Consumimos agua destilada
Estrepitosos inventamos la vida
Negando la verdad
Solos ante este invierno humano
Extiendo mis ojos hacia una nueva realidad


Sola ante las palabras

Voy cruzando un mar de fisuras
Recorriéndome la paz
Siendo hoja de agua
Rojo de amanecer
Acaparadora insaciable naturaleza
Me amalgamo a la eternidad del instante
Hacia paisajes ahondados en sueño
Azul entre algodonales verdes
Ventanas salientes al mar
Desde aquí con un nudo en la garganta
Infinito punto de luz espermatozoide
Veo parir el llanto hambriento de millonésimos seres
Vidas de mujeres el dolor en su pecho
Hombres con sus cachorros muertos
Gotas ácidas de silencio
La injusticia ordenando nuestra tierra


El mono aullador

Me habla de su cola larga
De la utilidad de su genio y figura
Me implora comprensión
Chillando su coraje:
El apetito no existe donde hay hambre
Qué sexo sin deseo
Cómo interpretar su significado
La voracidad no permite la huída
Insaciable traga el acceso
Por donde se abren las palabras
Tú, yo, nosotros
Olfateando nuestras huellas
Aullantes de amor






Amor dos puntos

Recorriendo los poemas de mi vida
Con languidez sigilosa he pronunciado
Versos de amor para decirme
 
Hoy busco entre ellos
Las palabras de piel
Impregnadas en mi aliento
 
Un grito de siesta me anunció
Tras la palmada en los pies
Propinada en el botiquín de partos
De un fronterizo rincón del mundo
 
Un aullido de luna
Despertó la noche adolescente
Rodeándome de sombras adueñadas
De la carne más humana
 
No me di cuenta cómo llegué hasta aquí
Mujer inspiradora e inspirada
Celos en los tobillos, amor en el cráneo
Una ilusión en los ojos
Mentiras ocultas en el corazón
 
Hay voces que dicen:
Mujer libremente acorralada


Diferencias Cardinales
 
   Me pides una verdad que no conozco      
Escuchas una mentira que no he pronunciado
Hay verdades que son para todos
Aunque haya quién las desvirtúe
 
Hacia el sur de mi vida
Hay un continente ahogado
Por la sed del hambre
Contraída con la desidia
Del continente norte de mi geografía
 
En el mismo meridiano
Con igual tiempo histórico
Compartiendo la misma estrella de luz
Recrean el escenario de la tierra
Hombres primitivos que montan a sus hembras
En el descanso de sus cacerías
Dejándolas abandonadas al dolor:
Maternidad árida de alimentos
Mujeres de labios carmín
Seducen a engalanados machos de su estirpe
Eligiendo engendrar sin placer
Posibles presidentes de estado.
 
Los del lado este de mi cerebro
Polemizan sobre el terrible destino
De los recién nacidos en el oeste de mi corazón
 
La confusión de la prioridad
Hace de mi hemisferio
Un lugar sin puntos cardinales
Se somete a su confín
Con una rebeldía tan sólo liberada
En el fluir de estas palabras


Eco/no/lógico

El horizonte ya no es infinito
Tocamos su línea con la mano
Sus montes se desnudan de follaje
Languidecen sus lagos largos
Se llena de vacíos su áurea
 
Protuberancias terrestres
Montañas de hojalata y mugre
Rocío plástico de opaca transparencia
 
Mares de petróleo cubren
La zona acuática ya indigente
El pescador sólo captura en su anzuelo
Herrumbrosas anclas piratas
 
Por la llamas grita la sombra que me cobijó
Ya no llueve en las cimas sureñas
Diluvia en el ecuador de la noche
 
Las semillas no brotarán en el asfalto
Cómo alimentar los eslabones de la memoria


Las aguas de estos días                      

Llevan en sus líneas azuladas
Tintes de colores extraños
De reflejos fríos en su transparencia
 
Son vistas solas entre el paisaje
De frondosos verdores perdidos
Tan sólo salpican la sequedad
Las acariciadoras de orillas
Rozando el sueño intocable
 
Contenidas lagunas celestes
Olvidado reflejo del universo
Infinito de formas limitadas
 
Hay aguas profundas
Impregnadas de tierra húmeda
En el sonido del silencio acuático
Caen como pedernales
Llovidas del cielo
Regalando vida a su misma esencia
Contaminadas de humanidad
Comienzan su curso desviado
Rebosando maleza de desecho

Aguas lunáticas
Calman los achaques del desgaste

El último reducto

Mi pluma se hunde en tinta de añoranza
Y aún no he partido
Las palabras se derraman
Emociones de poeta
Lluvias de tormentas caribeñas

Como Cintio aquí soy
La que mira y la que actúa
Extraño tus días azules
Los timbales del son
Desde esta jungla álgida donde escribo

Me arde el ron de tus besos
Abres un nuevo mundo
Amigo siempre buscado
Entre mi nudo de amor insatisfecho

No quise verte
Miré hacia otros lados para descubrir
La Habana de mis sueños
Moví mis caderas al corazón de vuestro ritmo

Aunque así me llevaban
No fui turista
En tu isla de salsa
Mi cuerpo poético
Aun siente tus labios
Tiembla de frío por la ausencia
 
En mi corto recorrido
Sentí la certidumbre:
Tu poema
 

París 1992



Blanca Isla Negra

Desde tu casa en forma de Castillo
Asomado, en la Torre de tu corazón
Un pueblo entero en torno a ti
Los obreros, los borrachos, los locos
En la escuela y en las calles
Entonaban tus versos
Se hacían eco
Cantando los ríos de ramaje verde
La muerte con un golpe de oreja
El cansancio de tus pies, de tus uñas
La infatigable historia de ser Hombre
Tus versos de amor desesperado
Se vuelven paz con tu palabra
La suavidad de esa ternura
Pasión en tus labios
Cuando recorro tu poesía
Siento ser cada Mujer
Cada Hombre desvalido
La miseria misma cegando
El pétalo de luz entre tus muebles
Con hambre de pan y fulgor
Escribías la desmesurada injusticia
Derramada entre las sílabas
En tu Blanca Isla Negra


Ella, en su rastro de luz utópica

taciturna, acurrucada en su deseo, se dice:
Cómo será el nuevo amor.
Por primera vez, no se había dejado vencer
con invenciones, sueños infranqueables.
 
Esperó con paciencia y seguridad:
no volverían a su vida
historias de amor enajenado.
 
Hasta ahora,
había querido a cada uno de ellos.
En la distancia, sentía que siempre eran el mismo,
aun siendo otros. Repetía su emoción,
la interminable búsqueda mágica
del más claro fondo marino.
La envoltura acuática de nuestro comienzo.
El encuentro sin nombre, sin palabras definidas,
donde el cuerpo no conoce la mentira.
 
La verdad trazaba rasgos de belleza.


Ela, em seu rasto de luz utópica
 
taciturna, escondida em seu desejo, dize-se:
Como será o novo amor.
Pela primera vez, não se tinha deixado vencer
por invençôes, sonhos infranqueáveis.
 
Esperou com paciência e segurança:
não voltariam a sua vida
histórias de amor alienado.
 
Até agora, tinha-se apaxionado  cada deles.
Na distância sentía que sempre eram o mesmo,
ainda sendo outros. Repetía sua emoçao,
a interminável busca mágica
do mais claro fundo marinho.
A envoltura aquática de nosso começo.
O encontro sem nome, sem palabras definidas,
onde o corpo não conhece a mentira.
 
A verdade traçava rasgos de beleza.


En este intervalo veloz que habito

pregunto al viento frío
quién romperá el corazón que me arropa:

Su sueño desapegado del mío
en colores diáfanos. Su lengua,
mi lengua. Mares de silencio.
Cuerpos aproximándose
certeros con magnitud liviana.
Amándonos con los ojos, la boca,
los pies descalzos.

Suspiros amalgamados,
Ahogándonos en el pozo del placer.
Hondas palabras diluidas
entre besos de agua,
melodías de añil.

Trepamos la gozosa subida de la vida,
Arco iris sumergido en miel,

Duele, muere una vez.
Traspasamos la mirada de fuego
tras la cumbre abierta.

Espacio humano de libertad.


Neste espaço veloz que habito

pergunto ao vento frio
quem romperá o coração que me envolve:

Seu sonho separado do meu
em cores diáfanas. Sua língua,
minha língua. Mares de silêncio.
Corpos aproximando-se
certeiros com magnitude leviana.
Amando-nos com os olhos, com a boca,
os pés descalços. Suspiros misturados,
alívio deslizante entre copas de prazer.
Afogando-nos em seus líquidos suaves.
Funda aspiração diluída.
Gemidos lambendo-nos o ser.

Trepamos a gozosa subida da vida,
arco íris submerso em mel,
beijos excitados em nossas águas.

Dói, morre uma vez.
Traspassamos a mirada de fogo
depois da cume aberta.

Espaço humano de liberdade.





Carta al Sujeto de deseo

Mi querido fantasma,
 
después de tantas palabras compartidas entre nosotros,
esta carta me parece la primera que te escribo. Eres un extraño
habitando en mí. En tu ausencia, la distancia no es suficiente
para olvidarte. Puedo vivir lejos de ti pero no sin ti.
Me duele no sentir tus suspiros amalgamados,
tu piel melodiosa, la mano que hace suave mi pelo.
Apegado percutor, gozoso brío: queridos y odiados.
 
Siempre llegas atravesándome. Tus ojos con mis ojos,
abren la ventana de los sueños. La mirada hipnotizadora
recorre el tiempo desde nuestro primer gesto,
a lo largo del instante en que tu deseo se adueña del mío.
 
El miedo huye en tu presencia.
 
Sin recordar el origen de nuestro encuentro,
te he recreado tantas veces desde entonces.
Cuándo empezó, qué palabras nos dijimos,
quién fue el seductor y el seducido:
deseándonos sin amor, amarnos sin deseo.
 
Todo está en el agua uterina del infinito. Nosotros,
células desarrolladas, aportamos vida a su existencia.
 
Enamorarme de ti en cada encuentro es la belleza,
el placer máximo. Por qué no estás a mi lado
acompañándome. Sólo apareces para conquistarme,
para reafirmarte en mi mirada.
 
Cuando creo poseerte te desvaneces.
 
Embozado de añil, rojo transparente o del color
de las montañas, huelo tu ser sin verte: inteligente seductor,
calculador eterno. La razón revoloteando tu cabeza.
Tierno hombre, perplejo animal desorientado,
en busca de mis huellas amamantadoras.
Poseedor de mis fábulas, mis paredes cavernarias.
 
Corres tras de mí, alejándote.


Madre

Invadida por el miedo, acelero mis pasos,
sigilosa, mirando interminable su acercamiento;
ciega de amor, corro detrás de la quimera.

Aun puedo percibir el aliento, la suave brisa aspirada,
bosque verde de pasión. Oír mi vientre con el latir
de un corazón que depende del mío. La transformación
de mi cuerpo en dos que son uno.

En un amalgamado placer y quebranto, el pensamiento
recorre todos los espacios al unísono:

Mis deseos enfrentados a una realidad poética,
se sumergen en el agua de la creación.


 Lalín (Pontevedra) 1994     

Soy mujer

Porque así lo quiso el viento
Para reunirme contigo en el amor
Hombre de inmemorable historia

Mi crecimiento te aparta de mi cuerpo
Oscurece tu inmaduro semblante
Te pierdo en la entretejida
Red de mis pensamientos

La soledad de mi miedo
Aumenta el tramo que llevamos
Perdidos entre la violencia acontecida

Ni una palabra de sosiego
Ni un segundo de ternura
Un largo silencio irrespirable
Se apodera de nuestro querer

No alcanzo a encontrar
La naturaleza viva de tus versos
Me estremezco ante la distancia
Que separa tu poema del mío

Aun espero tu llegada
El azul de nuestros besos
Acariciador algodonal
De mis espacios ilegibles


El día viene corriendo

se aleja invadido por la prisa,
asustado por el calor polar,
el frío de los hombres.
Por el dolor del río,
la garganta seca.

A velocidad luz
huye el Amazonas,
el suelo que nos cobija.

Hoy, no se para a contemplarme
el suave sol de otras primaveras.
Pero estás tú, con tu acogedora
Palabra.


Olvido

Te desvaneces en el atardecer de la noche
Oscureciéndote resplandeciente
Lleno de palabras amnésicas

Escaparate de tiempo sin manillas
Un sueño de lánguidos quejidos
Crea tus versos fulgurantes

A punta de pluma yo moldeo
Tus miradas encadenadas:

Relojes muertos rompen muñecas
Entre el agua transparente

Nubarrones negros de recuerdos
Llueven leche derramada

Fugitivos inciertos persiguen daños
Atrapados por el cuerpo del fervor

Bloques de cemento navegan mares
Buques de paz ruedan caminos

Ríos de silencio hablan estancados
Ocultando el caudal de su cauce

Rojo zapato de olvidada herida

Orgulloso gallo del despertar
Línea de amanecer paradisíaca


Comenzando

Callaron tus palabras
Ruidos sordos en mi boca
Se silenció el mar
Sus gotas saladas en mis ojos

Esperando tu voz
Viento entre mis labios
Gesto inadecuado
Dolor en la garganta

Otro amor entre actos
Inquietud perseguidora
Alejándose en el horizonte
Viene la calma

Todo es vida y muerte
Olvidada respiración
Sólo vuelve el recuerdo
Inspiro y comienzo…


Cutubo Dabo

viene de la tierra original,
la selva rítmica parturienta
del hombre encadenado.
Madre de timbales distantes,
dadora de nuestra existencia.
La que hoy padece hambre,
desolada por el olvido blanco.
De la que huyen hacia el mar
aquellos que nos concibieron.

Cutubo
cabalga gozoso hacia lo incierto,
desafiante en lo improbable.
Con fuerza utópica
llena los vacíos de otras realidades.
Su olfato visionario
atraviesa las tinieblas pretéritas.

Dabo de boca savia,
labios de fervor insinuante,
en su cuerpo de ébano tallado,
trasluce el amor,
la necesaria palabra sospechosa.

Con sueños de color occidental,
traza un futuro unido
por lianas de bosque utópico
donde los pájaros no confunden su vuelo.
Cutubo Dabo se le llama al hombre fuerte
en Guinea Bissau

Sueño

Huelo el viento melancólico del invierno
 Mi nariz de cirio se enrojece
  El salado líquido ocular se enfría
   Las vísceras entonan gemidos
    Los huesos se resquebrajan
     Se silencian los músculos
      Llora el cuerpo por los tobillos
       La carne no tiene razones

Lugar intocable
De extensión ilimitada
Instalado en mí pecho
En mis pies abiertos

Sólo ello sabe de la devoradora culpa
Comiéndose el corazón a bocados
El cerebro ignorante
Miedo inhibidor

         Dilatado espacio marítimo
        Donde habita todo lo imaginable
       Lo inimaginable acuático
      El desconocido
    Diciendo sin pronunciar palabra
   Asesino incontrolable
  Traicionero error
 Mentiroso cierto
Transformador

Allí

Donde las palabras mueren
El sol oscuro te tienta con su llama
Y el anochecer perdura todo el día
Encontrarás el olvido
El llanto de las horas
Retortijón de la memoria

Allí
Mientras el cuerpo permanece
Se ensanchará el horizonte
Los ojos ciegos alargarán su visión
Susurrando los olores sin olfato
El vidrio del mañana

Por tu mirada de horizonte

Atraviesan desiertos llovidos de estrellas
El espacio más largo de los días
Mares infinitos en la noche breve

Te encuentro entre las palabras
En el goce mismo

Me multiplico cuando te pienso

Gracias

Por abrirme las ventanas
Destaponando el olvido
En memoria de la memoria

Por darme a escuchar el timbal selvático
El aire de las palabras
La interminable inspiración del ser

Por volver a verte
Y volver a encontrar los días
Ida y vuelta
Amanecer en la noche

Saber que no estaré
Y estaré entre nosotros

Por escuchar el dolor de mi mundo
El mundo del miedo
El miedo mismo atando nuestras vidas

Por haber crecido junto a ti
Con el poema de la belleza
 


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